DÍA DE LA BANDERA MEXICANA, 24 DE FEBRERO.
La evolución a través del tiempo de la Bandera de México, desde 1821 al día de hoy.
En la villa de Iguala, el 24 de febrero de 1821, el sastre José Magdaleno Ocampo fue el encargado de confeccionar la enseña de las tres garantías.
Sus franjas estaban dispuestas en forma diagonal. En primer lugar aparecía el blanco, que simbolizaba la pureza de la religión católica; en el centro se encontraba el verde, que representaba la independencia (color eminentemente insurgente por su devoción a la Guadalupana); y al final, el rojo, símbolo de la unión entre mexicanos y españoles.
Por sus colores, y sobre todo por el significado que el libertador les otorgó, aquella primera bandera se ganó la aceptación de la sociedad. Consciente del entusiasmo de la sociedad por la bandera trigarante, el 2 de noviembre de 1821, Iturbide expidió un decreto por el cual estableció que la bandera nacional adoptaría perpetuamente los colores verde, blanco y rojo, en ese orden. Las franjas diagonales fueron modificadas por franjas verticales y se añadió un elemento: un escudo plasmado sobre la parte blanca de la enseña, cuyo origen se remontaba a la época prehispánica y que, con ligeras variaciones, había sido el emblema del pueblo azteca: un águila posada sobre un nopal, devorando a una serpiente.
Con el tiempo, y el triunfo del proyecto liberal en 1867, la imagen de Iturbide fue borrada de la historia mexicana (su papel como padre de México y creador de la bandera) acusado de reaccionario (realista). Fue expulsado al infierno cívico por haber pretendido establecer un imperio. Sin embargo, nadie cuestionó su bandera.
En los años que siguieron, los colores de la bandera no cambiaron. El escudo, en cambio, tuvo ligeras modificaciones que dependían del grupo en el poder.
La evolución a través del tiempo de la Bandera de México, desde 1821 al día de hoy.
En la villa de Iguala, el 24 de febrero de 1821, el sastre José Magdaleno Ocampo fue el encargado de confeccionar la enseña de las tres garantías.
Sus franjas estaban dispuestas en forma diagonal. En primer lugar aparecía el blanco, que simbolizaba la pureza de la religión católica; en el centro se encontraba el verde, que representaba la independencia (color eminentemente insurgente por su devoción a la Guadalupana); y al final, el rojo, símbolo de la unión entre mexicanos y españoles.
Por sus colores, y sobre todo por el significado que el libertador les otorgó, aquella primera bandera se ganó la aceptación de la sociedad. Consciente del entusiasmo de la sociedad por la bandera trigarante, el 2 de noviembre de 1821, Iturbide expidió un decreto por el cual estableció que la bandera nacional adoptaría perpetuamente los colores verde, blanco y rojo, en ese orden. Las franjas diagonales fueron modificadas por franjas verticales y se añadió un elemento: un escudo plasmado sobre la parte blanca de la enseña, cuyo origen se remontaba a la época prehispánica y que, con ligeras variaciones, había sido el emblema del pueblo azteca: un águila posada sobre un nopal, devorando a una serpiente.
Con el tiempo, y el triunfo del proyecto liberal en 1867, la imagen de Iturbide fue borrada de la historia mexicana (su papel como padre de México y creador de la bandera) acusado de reaccionario (realista). Fue expulsado al infierno cívico por haber pretendido establecer un imperio. Sin embargo, nadie cuestionó su bandera.
En los años que siguieron, los colores de la bandera no cambiaron. El escudo, en cambio, tuvo ligeras modificaciones que dependían del grupo en el poder.
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